Seguiré creyendo en los para siempre
si más no hasta que dure ese siempre;
una vida, un año, una hora o una décima de segundo.
Eternidades tales como una caricia o una sonrisa
de esas que te alegran todas las vueltas
alrededor de Sol y alguna más bajo Luna
cuando llena,
te ilumina y recoge bajo
su manto azul blanquecino.
Así sin más apagaré la luz; nada más que pensar.
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