10 octubre, 2013

Hueco.

Todavía el estridente ruido que se aleja carcajeante
resuena en mi cabeza.
No en vano cada uno llegara a su hogar
y volverán a enlazarse en su rutina.

Mi casa, mi hogar, está roto.
Resuena el sonido del silencio.
Unos finos picos
que se escapan de los altavoces conectados a la nada;
que lo dicen todo.

Sofá, desconectado. Intentando perder el mundo de vista.
Lavabo, contenido. Intentando revivir lo perdido.

Y yo que observando único y expectante quedo,
dolorido y nauseabundo
en el intento
de la conexión virtual del Mundo Real™.

Quemado de toda esta porquería diaria y cansado
de la ridiculez del prójimo.

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